A pesar de que los coches eléctricos todavía no han obtenido el empujón necesario para que se empiece a pensar en un cambio radical dentro de unos años, son más los usuarios que apuestan por este tipo de vehículos para conducir por ciudad e incluso para trayectos largos, una tendencia que va creciendo año tras año. En este artículo te queremos recoger hasta 10 datos que no sabías de los coches eléctricos que te van a enseñar lo que pueden llegar a mejorar nuestro entorno y nuestra manera de conducir.
Mantenimiento del coche eléctrico
Aunque puedas pensar lo contrario, el mantenimiento que se le realiza a un coche eléctrico puede llegar a ser mucho más barato que en coches que utilicen gasolina o diésel. El coste generalmente suele rondar un 50% más económico, y cada vez son más lugares que empiezan a trabajar con estos vehículos, siendo más fácil su reparación.
Llegará a ser más barato
Actualmente comprar un coche eléctrico puede ser un gasto importante, aunque a la larga, ahorrarás mucho más dinero de lo que piensas, sin embargo, diferentes estudios están comprobando que, en un futuro cercano, comprar este tipo de vehículos será más barato que uno de gasolina.
Los coches eléctricos también contaminan
Si comparamos la contaminación que ocasiona un coche de gasolina o uno diésel respeto a lo que llega a contaminar uno eléctrico, los primeros van a producir mucha más polución, sin embargo, actualmente todos los coches producen residuos que van a parar al medio ambiente. La diferencia está en que los eléctricos contaminan solo una quinta parte de lo que haría el resto.
No pagas parking
Posiblemente sea una de los datos que no sabías de los coches eléctricos y que más te va a llamar la atención. Estos vehículos pueden aparcar en zona azul sin que les cueste un céntimo. Totalmente gratis, aunque deben tener una pegatina de color azul que acredite que son coches cero emisiones, y que la regulación de la ciudad consta este apartado.
Pantallas táctiles de gran tamaño
Todavía no existe una regulación sobre el tamaño de las pantallas táctiles en los coches eléctricos, por lo que muchos fabricantes aprovechan esto para crear un panel de control con todo tipo de opciones, hasta instalando sistemas Android con los que poder aprovechar las aplicaciones del momento.
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Sin límites para circular
A causa de las altas concentraciones de gases contaminantes las ciudades han empezado a restringir el paso de los vehículos a gasolina, haciendo que se reduzca la circulación, como también prohibiendo que lleguen al centro de la ciudad. Los coches eléctricos, al no contaminar ni producir esta cantidad de gases nocivos, pueden moverse libremente sin restricción de ningún tipo, ni de velocidad, ni tampoco de espacio, pudiendo llegar al centro de la ciudad.
Puntos de recarga en casa
Cada vez es más fácil recargar los coches eléctricos, puesto que se ha creado una ley que permite que se instalen estos puntos para recargar en la propia plaza de garaje. Quizás lo que sí hay que indicar es que deberás de avisar al administrador de fincas de tu bloque o vivienda, para que dé el visto bueno. Quitando estos trámites, es todo un acierto y una ventaja.
Menos impuestos
Otro de los beneficios que se obtienen al comprar un coche eléctrico es que los impuestos son apenas apreciables y que se reducen en casi un 80% respecto a los vehículos de gasolina. Esto supone un ahorro considerable cada año, puesto que, por ejemplo, el Impuesto de matriculación no hay que pagarlo, al igual que ocurre con los Impuestos de circulación, costando muy poco al usuario.
Mayor aceleración
Siempre se ha pensado que los coches eléctricos son menos potentes que los de gasolina, cuando se ha comprobado en diferentes test con coches deportivos y convencionales que la aceleración de estos es mucho mayor, sin necesidad de gastar más en el proceso. En lo que si gana el de gasolina es en velocidad, aunque hay que pensar que lo máximo que se puede circular es 120 km/h y los eléctricos llegan sobrados a esta marca.
Mayor durabilidad
A día de hoy se ha comprobado que un coche eléctrico es mucho más resistente que uno convencional. Todas sus piezas suelen sufrir menos el desgaste de los kilómetros, algo que no puede asegurarse con uno de gasolina. De la misma manera, es más difícil que tengan una avería, por lo que se sigue ahorrando con su uso.
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